Recomendaciones para redactar y presentar textos.
Primero se debe reflexionar sobre qué se va a contar y qué o cómo se va a escribir. Incluso, para aclarar ideas, es útil verbalizarlas previamente y explicar a un colega qué se pretende hacer. Segundo, hay que hacer un esquema escribiendo qué se va a contar y en qué orden. Raras veces sirve de algo abalanzarse sobre el papel para verter escritura de modo vertiginoso, si no se tienen claras las ideas. Tercero, es útil desarrollar el esquema se ha de expresar adecuadamente, de una forma sencilla. El autor (por ejemplo un alumno) ha que tener en cuenta que el lector (pongamos que es un profesor que corregirá el trabajo) no tiene por qué adivinar qué quiere contar el alumno, quien ha de expresarse bien en el papel, sólo mediante su escritura.
Sobre la presentación formal, con respecto al tipo y tamaño de las letras, recomiendo tender a un estilo sencillo, utilizando por ejemplo Times New Roman tamaño 12, muy empleado en el ámbito académico. Vale con un espacio interlineal de una línea (o línea y media, pero el espacio doble es exagerado). Recordad siempre paginar, salvo que se presente solo un folio escrito por una sola cara. Para paginar, es útil elegir la parte central inferior de la hoja por motivos prácticos, pues si posteriormente se decide ampliar el trabajo e imprimirlo por ambas caras, la paginación siempre quedará simétrica.
El título ha de definir el contenido del trabajo. Para que destaque, se puede situar centrado, en negritas y cursivas, con letras de módulo mayúsculo o minúsculo, según se prefiera. Debajo se añadirá la autoría, el nombre y el apellido del alumno. Si el trabajo ha sido realizado entre varios compañeros han de constar todos en la primera página. Téngase en cuenta que la entrega de varios trabajos iguales pero con diferentes nombres ofrece una pésima impresión al profesor, pues parecen trabajos copiados. Además, es un gasto de papel innecesario.
Tras el título, conviene dejar algunos espacios en blanco de cortesía antes de comenzar la redacción. Alinear el texto en los márgenes ofrece una apariencia equilibrada. Al finalizar la redacción, es interesante añadir una breve conclusión o un colofón que resuma qué aporta ese comentario breve.
Si procede citar bibliografía, remito al apartado posterior dedicado a trabajos extensos donde explico cómo hacerlo. En cualquier caso, siempre hay que citar la fuente de donde se haya obtenido la información, sea cual sea. Desde una conferencia hasta cualquier página de Internet.
Una vez redactado el escrito, tras haberlo revisado varias veces, es útil hacer un ejercicio de crítica externa, entregándoselo a alguien que lo revise o pueda sacar alguna objeción, tanto de forma como de fondo. Es probable que sea posible mejorarlo. Cuando esté suficientemente revisado, está listo para entregar al profesor. Es recomendable hacer esta prueba crítica para todo tipo de textos, sobre todo, si se piensa en publicarlos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario